Los avances tecnológicos han dado a los científicos la capacidad de crear la llamada piel electrónica, o “e-skin”, que también puede convertirse en los wearables del futuro. Ahora seguramente muchos lectores se preguntarán en qué consiste este término y por qué los creadores de esta tecnología creen que se volverá una realidad este pronóstico.
Es una tecnología de circuito flexible basada en las características de la piel humana, y su objetivo es obtener una piel artificial que reemplace la piel natural sin perder su capacidad táctil. No es una tarea fácil de hacer para que el usuario se sienta cómodo, sea duradero y a su vez sea sensible. Investigadores de la Universidad RMIT en Melbourne, Australia, dicen que han logrado el avance más significativo hasta ahora en esta área.
“Fue en la década de 1980 cuando comenzamos a ver algunos sensores táctiles que se pueden llamar una versión cruda de la piel”, le dijo al medio internacional Scientific American Ravinder Dahiya, profesor de electrónica y nanotecnología en la Universidad RMIT.
Como se puede leer, esta no es la primera vez que se intenta algo así. Esta universidad ha pasado años tratando de mejorar en esta área. La piel humana es notablemente compleja, llena de puntos sensibles y conectada al sistema nervioso para que el cerebro pueda comunicarse y recibir sensaciones externas. Llevar esto al mundo artificial no es tarea fácil.