El nacimiento de las primeras dos bebés concebidas por un robot en un laboratorio de reproducción asistida anunciado ayer, fue recibida como un hito, esperable, entre la comunidad científica ligada al tema. La automatización de la fecundación –coinciden especialistas de distintos países– podría abaratar los costos de los tratamientos. Disminuirá la cantidad de embriólogos, pero el factor humano “siempre” será necesario.
El avance fue dado a conocer por la revista del Massachusetts Institute of Technology (MIT). La nota del periodista especializado Antonio Regalado, cuenta: “La primavera pasada, ingenieros en Barcelona empaquetaron el robot de inyección de esperma que habían diseñado y lo enviaron por DHL a la ciudad de Nueva York. Lo siguieron hasta una clínica llamada New Hope Fertility Center, donde volvieron a armar el instrumento, ensamblando un microscopio, una aguja mecanizada, una pequeña placa de Petri y una computadora portátil. Luego, uno de los ingenieros, sin experiencia real en medicina de fertilidad, usó un controlador Sony PlayStation 5 para colocar una aguja robótica. Al observar un óvulo humano a través de una cámara, avanzó por sí solo, penetró en el óvulo y dejó caer un solo espermatozoide. En total, el robot se utilizó para fertilizar más de una docena de óvulos. El resultado de los procedimientos, dicen los investigadores, fueron embriones sanos, y ahora dos niñas, que afirman que son las primeras personas nacidas después de la fertilización por un robot”.
“Haber hecho un ICSI con un robot es un paso enorme en pro de la automatización del laboratorio. Hasta ahora nadie lo había logrado. Overture Life (del argentino Martín Varsavsky) iba muy adelante, tanto en esto como en el cultivo de microfluidos: tratar de que el cultivo de los embriones se parezca lo más posible a lo que pasa en las trompas de Falopio”, dice Gustavo Martínez, embriólogo, presidente de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida.