La seguridad virtual es una de la formas de protección personal y familiar que más ha crecido en las últimas dos décadas. Lo que hace 30 años parecía casi imposible, hoy en día es una realidad. El uso de la Inteligencia Artificial (IA) como principal fuente de seguridad aumenta cada día, con sistemas que van desde una pequeña cámara de seguridad instalada en una habitación hasta una compleja red de dispositivos que, con ayuda de los ya famosos asistentes virtuales, pueden convertir cualquier edificación en una “casa u hogar inteligente”.
Sin embargo, lo que más se destaca de estas nuevas tecnologías es el protagonismo de los smartphones (o celulares inteligentes), como los dispositivos con los que se puede administrar cada una de las partes de un sistema de seguridad y que, incluso, pueden funcionar como monitores para reproducir la imagen de las cámaras de vigilancia dentro de una casa o apartamento.
Pero sus funcionalidades no se quedan ahí. Recientemente se ha creado un ‘boom’ tras el registro que han hecho varias personas que decidieron utilizar sus viejos smartphones no con el objetivo de que sean pantallas sino que se puedan convertir en cámaras de seguridad.
Para esto solo se necesitaría un teléfono viejo, conexión a internet y seguir estos pasos:
1. Instalar una app de cámara de seguridad
Como es costumbre dentro de los smartphones, sus funciones se limitan especialmente a la ayuda que puedan ofrecer las apps instaladas en estos. Por esto se hace necesario contar con una aplicación cuyo software cubra la necesidad que se requiere; en este caso: convertir el teléfono en una cámara de vigilancia.
En las tiendas de aplicaciones hay varias opciones que ofrecen funciones como transmisión local o en la nube, detección de movimiento, alertas o notificaciones y hasta grabación de imágenes ya sea dentro del mismo dispositivo o en uno remoto.
Así, los expertos recomiendan a Alfred, una app que no presenta mayor problema si el teléfono es Android o iOS, pues se encuentra tanto en la Play Store como en la AppStore. De hecho, no hay problema si tienes dos dispositivos que no compartan el mismo sistema operativo. Por ejemplo, si el teléfono que actuará como cámara de seguridad tiene el software de Google, se podrá sincronizar perfectamente con tu iPhone.
Para usar Alfred solo se debe descargar la app en los dos dispositivos con los que se trabajará: la idea es que el teléfono viejo funcione como cámara y el nuevo como monitor.
2. Elegir un lugar para la cámara de seguridad
Aunque parezca un punto obvio, este inciso es importante porque de nada sirve tener una cámara de seguridad sino se ubica en el sitio adecuado. Los expertos indican que las mejores opciones para colocar un dispositivo como este es en la entrada principal a una casa o apartamento, el patio trasero de la construcción o apuntando a un mueble en el que guarde objetos de valor.
Por supuesto, lo ideal es tener varias cámaras que cubran cada uno de estos sitios, por lo que si cuenta con otros teléfonos viejos no dude en hacer buen uso de estos.
3. Instalación y uso de la cámara de seguridad
Para finalizar, lo más importante: saber montar el teléfono en el sitio deseado. Para esto existen varias opciones como el uso de trípodes o soportes de vehículos. Asimismo, lo ideal sería añadir un lente gran angular a la cámara del celular para así mejorar la panorámica de la misma y tener un mejor campo de visión.
También hay que prestar atención a que el dispositivo quede cerca de una toma eléctrica en la que se pueda conectar, al menos durante las primeras horas de la mañana para que así el dispositivo tenga energía durante todo el día.
Ahora lo que queda es encender la cámara de seguridad y monitorear la transmisión de este desde su nuevo teléfono. De esta forma se consigue una protección del hogar a bajo costo y sin muchas complicaciones.